La cera recibe un minucioso proceso de limpieza y filtrado, que permite mantener sus propiedades naturales, adecuándola para su utilización en la industria alimenticia, farmacéutica, cosmética, fabricación de velas, entre otras.
Se comercializa en bloques, en planchas o en trozos y es cuidadosamente embalada y rotulada con la información solicitada por el cliente o país de destino, colocándose en pallets que cumplen con normas sanitarias internacionales para su posterior despacho.
La planta al tener un sistema de trazabilidad implementado, permite conocer el origen y calidad de la cera que se comercializa.